martes, 22 de febrero de 2011

Pequeño trip




Era alto, delgado y de pelo corto, paseaba por los acantilados de la costa, esos que dan hacia el cabo, había tomado distancia de todo lo que conocía, decidió desaparecer, la altura lo tentó por un instante, pero no fue el tiempo suficiente, había mucho por recorrer y ya había llegado bastante lejos, no contaba con que sus pensamientos no reconocían la distancia, miraba el mar, azul, verde, blanco, celeste, las nubes y sus sombras sobre el agua eran como una pintura que disparaba su cabeza hacia otros lados. En este momento era diminuto, sentía que nadie lo podría encontrar y eso lo reconfortó. Pasaron las horas, no llevaba nada, pero en la mochila tenía un termo y el mate, dejó de sentirse sólo, empezó a cebar y sonreía. Ahí noto que le estaba ocurriendo seguido, estaba bien, ahí encendió un cigarrillo. Atardecía y el ruido de las olas lo adormecía, pensó en quedarse pero no, se paro, guardo sus cosas y encaró para la ruta. Acompañado con sus pensamientos miro las aves en bandada formando una v lo hicieron pensar que en esta vida somos turistas, que estamos solo de paso, se le ocurrió que ya no cree en el futuro y se sintió acobijado por la noche, perdió su estrella y encontró millones más.

domingo, 20 de febrero de 2011

Va de nuevo!




Intentaba fugar su cabeza, entiendo que así lo hizo su raza. Hoy está vivo y quiere compartirlo.
Ahora un poco más sabio, un producto hecho de “tiempo y experiencia”. ¡Obvio!
Ya no hay más dolor y se mantiene en movimiento.
Encontró un lugar nuevo, un gesto nuevo, una mirada nueva.
No deja de caminar, quiere encontrar más vida.
Todo está ahí, pero afuera, a través del aire.
Sigue su camino, no obedece los  “PARE", sigue.
Y brilla, y brilla. Y brilla. Todos notan que brilla.
Ya no es, el tipo que parecía ser…
Y no espera los domingos.
Y entonces sale el sol,
 y ahí sale él.