La muchacha parecía acongojada, estábamos juntos por esa casualidad que fijo el tren de las 19.30. Ella era de estatura media, de tez blanca y cabello oscuro. Me llamó la atención lo desabrigada que estaba a pesar del frío. Nos sentamos en el tercer vagón enfrentados, antes que el tren emprenda su marcha escucho a la joven murmurar: -Miré en tus ojos… ¡no estás volviendo! No mires hacia abajo…-. Sin terminar de decir esto, me mira, no supe que hacer, pero creo que vio en mi mirada algo que la hizo empezar hablar como si le hubiera dicho a viva voz, hablame, te escucho. En esto el tren arranca y ella dice: -esta debe ser la única verdad, van pasando lunas sobre mi ser, recorrí ciudades en blanco, nada puede hacerme olvidar y pienso ¡qué importa la felicidad! me hundo cada vez más en su ocaso y parece que el tiempo me ha olvidado. Realmente creo que puedo sentirme mejor y por alguna razón todo se me hace como cuesta arriba, lo malo es que una vez arriba solo queda bajar, pero no importa, el sólo hecho de querer cambiar ya es un comienzo ¿no?-. Yo la miró sin decir una palabra, ella se exalta y grita: -¡mentira! el hecho de querer cambiar no va a cambiar ¡nada!, estoy harta de esas tonterías que dicen para tratar de consolar, yo no necesito eso, creo que estoy demasiado sumergida en mis propios pensamientos, cuando intento apoyarme en alguien no lo logro, su limitada sabiduría, sus pequeñas sentencias y verdades me hacen dar escalofríos, no los entiendo, creo que ya no entiendo nada-. Al escuchar esto mi reacción, fue tan austera que cuando la chica se paró y se arrojó del tren mi corazón casi estalla, quería decirle tantas cosas, me sentí culpable por todo, por haberme callado y no haber intervenido antes sus palabras pero algo raro ocurrió cuando conté la historia, y sentí la reacción de quienes me escuchaban, vi como están todos encerrados en sus mundos, sin preocuparse por lo que le sucede a otra persona y el pseudo interés de algunas en estas. Pasaron los años, me encontré viajando a ningún lado y también encontré un encantador sentido a las últimas palabras de la muchacha, sus pequeñas sentencias y verdades me hacen dar escalofríos, no los entiendo, creo que ya no entiendo nada.
Leandro A.
Leandro A.
Encende tu cabeza
Muy interesante tu post. Me dejas pensando en los efectos que produce el ensimismamiento, el intentar vivir para adentro. Un abrazo grande, es un placer leerte.
ResponderEliminarHola Leandro: Ante todo, ¡¡¡muchas gracias por pasar por "el opinódromo"!!!
ResponderEliminarTe comento que me gustó tu cuento, tiene un buen final, y durante su transcurso no se entiende bien a donde quiere llegar la chica, pero después queda claro... Personalmente me cuestiono hasta dónde es importante lo que uno pueda decir o dejar de decir a otra persona, lo que creo que hay que saber distinguir es lo que espera el otro de nosotros... si nuestro silencio, o nuestra palabra. Eso sí, jamás la indiferencia del ensimismamiento.
¡Nos seguimos leyendo! Saluditos...
creo q encerrarse en uno mismo a veces es consecuencia de ver cómo los demás no se preocupan tanto x los otros, es decir: tal vez esta chica cayó en el encierro porq como ella dcía, estaba un poco cansada d algunas cosas... y tmb es como un círculo vicioso, este mismo encierro tmb termina generando lo mismo q lo provoca: esta falta d interés en los dmás, esta especie d egoísmo a veces sano y a veces destructivo.
ResponderEliminartiempo sin leerte, q andes bien!
Es por eso por lo que no tenemos que encerrarnos en nosotros mismo ni comernoslos problemas nosotros solitos. Te sigo he estado viendo pr aqui y escribe s muy bien sigue asi
ResponderEliminarMicrochip-666.
ResponderEliminarRomanos 10. Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.
ResponderEliminarandás x ahí??
ResponderEliminar... ...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazon
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesia ...
AFECTUOSAMENTE
ENCENDE TU CABEZA
jose
ramon...
Exquisitas palabras. Me gusta como escribes.
ResponderEliminarnunca más?
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